Nearshoring enAmérica LatinaTransformación de la Cadena de Suministro y Oportunidades Económicas
Descubre cómo el nearshoring está reconfigurando la cadena de suministro en América Latina, impulsando la economía, empleo y modernización industrial en México, Perú, Argentina y Uruguay.
- Autor: Richard James
Nearshoring y Reconfiguración de la Cadena de Suministro en América Latina
En los últimos años, el mundo ha sido testigo de una profunda transformación en las cadenas de suministro globales. Factores como la pandemia de COVID-19, las tensiones geopolíticas, los cuellos de botella logísticos y la creciente conciencia sobre la sostenibilidad han obligado a empresas y gobiernos a repensar modelos de producción y distribución que antes se consideraban eficientes. En este contexto, el nearshoring ha emergido como una estrategia clave para reconfigurar las cadenas de suministro, y América Latina se posiciona como uno de los epicentros más prometedores de este fenómeno.
El nearshoring, que consiste en trasladar operaciones de fabricación o servicios desde países lejanos a ubicaciones más cercanas geográficamente al mercado de destino, está ganando impulso en la región. Países como México, Perú, Uruguay y Argentina están siendo vistos no solo como destinos de inversión, sino como socios estratégicos en la creación de cadenas de suministro regionales más resilientes, eficientes y sostenibles. Este movimiento no solo responde a una lógica económica, sino que también impulsa el desarrollo local, la creación de empleo y la modernización industrial.
¿Qué es el Nearshoring y por qué América Latina?
El nearshoring es una evolución del offshoring tradicional, donde empresas trasladaban sus operaciones a países con bajos costos laborales, como China o Vietnam, para maximizar ganancias. Sin embargo, los desafíos recientes —como los retrasos en envíos, la dependencia excesiva de un solo proveedor, y los riesgos asociados a conflictos geopolíticos— han puesto en evidencia las debilidades de este modelo.
El nearshoring propone una solución más equilibrada: mantener la producción cerca de los mercados de consumo, reduciendo tiempos de entrega, costos logísticos y riesgos operativos. América Latina, por su proximidad geográfica a Estados Unidos y Canadá —dos de los mercados de consumo más grandes del mundo—, se convierte en un candidato natural para esta estrategia.
Además, la región cuenta con una serie de ventajas competitivas: mano de obra calificada, acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales (como el T-MEC), infraestructura en desarrollo y una creciente apertura a la innovación tecnológica. Estos factores, combinados con una demanda global por cadenas de suministro más ágiles y sostenibles, están transformando a América Latina en un hub estratégico para la producción regional.
México: Líder indiscutible del nearshoring en América Latina
México ha asumido un papel protagónico en este proceso. Su cercanía con Estados Unidos, su sólida base industrial y su participación en acuerdos comerciales como el T-MEC lo convierten en el principal beneficiario del nearshoring. Según datos del Banco Mundial, México ha atraído más de 40 mil millones de dólares en inversión extranjera directa (IED) en 2023, gran parte de ella destinada a sectores como la manufactura, la automotriz y la electrónica.
Empresas de origen europeo, asiático y estadounidense están reubicando fábricas o ampliando sus operaciones en ciudades como Monterrey, Guadalajara y Querétaro. Sectores como el de autopartes, textiles y componentes electrónicos están experimentando un crecimiento sostenido, generando empleos directos e indirectos en comunidades locales.
Además, México está aprovechando la transición hacia la movilidad eléctrica. Empresas como Tesla, GM y BMW han anunciado inversiones para desarrollar centros de producción de vehículos eléctricos y baterías en el país. Esta transformación no solo impulsa la innovación, sino que también fortalece la cadena de valor regional, ya que muchos de estos componentes son diseñados y ensamblados en América Latina.
Perú: El nuevo jugador en la costa del Pacífico
Mientras México domina la costa del Atlántico, Perú está emergiendo como un actor clave en la costa del Pacífico sudamericano. Uno de los proyectos más emblemáticos es el puerto de Chancay, un megaproyecto de infraestructura desarrollado en asociación con el gigante chino Cosco Shipping. Este puerto, ubicado a 80 km al norte de Lima, está diseñado para convertirse en el principal centro de carga del Pacífico suramericano, capaz de recibir buques de gran calado y facilitar el comercio con Asia y Norteamérica.
Lo más interesante es que Chancay no solo será un puerto de tránsito, sino también un hub de manufactura y ensamblaje. Se están instalando zonas industriales y parques tecnológicos en sus inmediaciones, con foco en la producción de bienes de consumo, electrónica y vehículos. Este modelo de "puerto-industria" permite una integración vertical de la cadena de suministro, reduciendo costos y tiempos de entrega.
El gobierno peruano ha anunciado incentivos fiscales y simplificación de trámites para atraer inversiones en este corredor logístico. Además, se están fortaleciendo las capacidades técnicas de la fuerza laboral mediante alianzas con universidades y centros de formación técnica. El objetivo es transformar a Chancay en un modelo de nearshoring moderno, sostenible y tecnológicamente avanzado.
Uruguay y Argentina: Modernización industrial y apuesta por la tecnología
Si bien países como México y Perú destacan por su infraestructura y ubicación geográfica, naciones como Uruguay y Argentina están apostando por la modernización industrial como palanca del nearshoring. Ambos países cuentan con una larga tradición en la industria de ensamblaje, especialmente en sectores como la automotriz, la maquinaria agrícola y la electrónica.
Sin embargo, el reto actual no es solo mantener estas capacidades, sino actualizarlas con tecnología de punta. Aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial (IA), la automatización y la Industria 4.0. Empresas en Uruguay, por ejemplo, están integrando sistemas de IA en sus líneas de producción para optimizar procesos, predecir fallos y mejorar la calidad del producto. Esto no solo aumenta la competitividad, sino que también permite competir con estándares internacionales.
Argentina, por su parte, está atravesando una transformación en su sector automotriz. Con el auge global de los vehículos eléctricos (VE), el país está incentivando la instalación de plantas de ensamblaje de baterías y motores eléctricos. Proyectos como el parque industrial de Córdoba están siendo rediseñados para incorporar energías renovables y procesos de producción sostenibles. Además, el gobierno nacional ha lanzado programas de financiamiento para que las pymes locales puedan acceder a tecnología de automatización.
Impacto económico y social del nearshoring en América Latina
Uno de los mayores beneficios del nearshoring es su impacto positivo en las economías locales. A diferencia del offshoring tradicional, que a menudo generaba empleos precarios y con bajos salarios, el nearshoring en América Latina está asociado a la creación de empleos de mejor calidad, con mayores niveles de especialización y remuneración.
Según estimaciones de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), cada dólar invertido en manufactura regional genera entre 2 y 3 dólares adicionales en la economía local, a través de encadenamientos productivos, servicios asociados y consumo interno. Esto se traduce en un aumento del poder adquisitivo, una reducción de la pobreza y una mayor estabilidad económica.
Además, el nearshoring fomenta la diversificación productiva. Muchos países latinoamericanos han dependido históricamente de la exportación de materias primas, lo que los hace vulnerables a las fluctuaciones de los precios internacionales. Al desarrollar capacidades industriales más complejas, la región puede reducir esta dependencia y avanzar hacia economías más resilientes y tecnológicamente avanzadas.
Desafíos y riesgos del nearshoring en la región
A pesar de sus ventajas, el nearshoring no está exento de desafíos. Uno de los principales es la calidad y disponibilidad de infraestructura. Aunque proyectos como el puerto de Chancay o las autopistas industriales en México son pasos importantes, aún existen brechas significativas en transporte, energía y conectividad digital en muchas partes de la región.
Otro desafío es la capacitación de la fuerza laboral. Si bien hay talento disponible, muchas veces no está alineado con las necesidades de industrias de alta tecnología. Es fundamental invertir en educación técnica, formación continua y programas de reskilling para que los trabajadores puedan adaptarse a los nuevos entornos productivos.
Además, existe el riesgo de que el nearshoring se convierta en una forma de "colonialismo industrial", donde las empresas extranjeras se aprovechen de las condiciones favorables sin reinvertir en la comunidad local. Para evitar esto, es crucial que los gobiernos establezcan marcos regulatorios claros, promuevan la transferencia de tecnología y exijan estándares laborales y ambientales rigurosos.
El futuro del nearshoring: hacia cadenas de suministro regionales sostenibles
El nearshoring no es solo una tendencia coyuntural, sino una transformación estructural de la economía global. América Latina tiene una oportunidad histórica de posicionarse como un centro de manufactura regional sostenible, que combine competitividad, innovación y responsabilidad social.
Para lograrlo, se requiere una estrategia coordinada entre gobiernos, sector privado y sociedad civil. Esto incluye:
- Invertir en infraestructura logística y energética.
- Fortalecer la educación técnica y la investigación aplicada.
- Promover políticas de atracción de inversión con enfoque en valor agregado.
- Desarrollar cadenas de suministro regionales que integren a pymes y cooperativas.
- Incorporar criterios de sostenibilidad y economía circular en los procesos productivos.
Empresas globales están tomando nota. Cada vez más corporaciones están considerando a América Latina no como un simple destino de bajo costo, sino como un socio estratégico en la construcción de cadenas de suministro más resilientes y éticas.
Conclusión
El nearshoring está reconfigurando el mapa económico de América Latina. Desde México hasta Argentina, pasando por Perú y Uruguay, los países de la región están aprovechando su ubicación geográfica, su capital humano y su potencial industrial para convertirse en actores clave en las nuevas cadenas de suministro globales. Este fenómeno no solo promete reducir costos y mejorar la eficiencia logística, sino que también tiene el potencial de transformar vidas: generando empleos de calidad, aumentando el poder adquisitivo y fomentando el desarrollo tecnológico.
Sin embargo, para que este proceso sea inclusivo y sostenible, es fundamental que las políticas públicas acompañen la inversión privada, que se priorice la formación de capital humano y que se protejan los derechos laborales y ambientales. Si América Latina logra aprovechar esta ventana de oportunidad con visión de largo plazo, el nearshoring podría marcar el inicio de una nueva era de industrialización, innovación y prosperidad compartida en la región.
El futuro de la manufactura global ya no está solo en Asia o Europa: está también en las fábricas, puertos y centros tecnológicos de América Latina. Y el mundo está comenzando a notarlo.
PREGUNTAS FRECUENTES
La escasez se debe a crisis logísticas globales que han reducido el inventario de repuestos en países como Colombia hasta en un 35%. Esto afecta principalmente a piezas eléctricas, estructurales, plásticas y de suspensión, en especial las que se dañan en colisiones.
Los repuestos más afectados incluyen piezas con componentes eléctricos (unidades calculadoras, radios, farolas), piezas de carrocería (capós, puertas, guardafangos), paragolpes y componentes de suspensión.
La escasez ha impulsado los servicios de reparación y restauración. Sin embargo, también resalta la importancia de usar insumos de alta calidad y acudir a técnicos certificados, ya que el uso de materiales de baja calidad puede reducir la seguridad pasiva del vehículo.
Se refiere a un acuerdo (ACE 14) que permite que vehículos ensamblados en Argentina o Brasil sean considerados de "origen Mercosur" y circulen sin aranceles, incluso si tienen un alto porcentaje de componentes importados. Esto debilita la industria local, provoca la fuga de divisas y aumenta la dependencia de proveedores externos.
La ingeniería inversa es un proceso que permite desarmar un objeto para analizar su diseño, materiales y funcionamiento. Es clave para recrear repuestos de vehículos antiguos o descontinuados, extendiendo su vida útil y ofreciendo una solución a la falta de piezas originales.
El proceso incluye una inspección inicial, el desarme de la pieza, el análisis de sus materiales y estructura, la creación de un modelo 3D digital y, finalmente, la reconstrucción o fabricación de una réplica funcional.
La impresión 3D (o fabricación aditiva) permite producir piezas de baja demanda o difíciles de conseguir directamente en el lugar donde se necesitan. Esto elimina la dependencia de proveedores externos, reduce los tiempos de inactividad, minimiza costos y fomenta la personalización.
Las principales ventajas son la producción local, la posibilidad de almacenar inventario digitalmente (diseños en lugar de piezas físicas), una reducción de hasta el 70% en los tiempos de producción, y un ahorro de costos de entre el 50% y el 90%.
El texto menciona a la empresa Krones, que usa impresoras 3D en las plantas de sus clientes para producir piezas, y a Lonypack Global S.A., que fabrica piezas para robots en líneas de procesamiento de alimentos, logrando un ahorro significativo en costos y tiempo.
La soberanía tecnológica es la capacidad de un país para desarrollar y mantener su propia tecnología sin depender de decisiones externas. La fabricación de repuestos a medida, mediante la ingeniería inversa y la impresión 3D, fomenta esta independencia, genera empleos calificados y fortalece la industria local.
No necesariamente. El texto destaca que muchos talleres pueden comenzar "sin dinero" pero con conocimiento, experiencia y un plan claro. La creatividad y el ingenio humano son el verdadero capital para transformar chatarra en soluciones funcionales.